29/3/10

En silencio

En una noche de lluvia y brusco viento, llegas a mi mente. Suspiro, tomo un pedazo de papel y un lápiz, anhelo escribir pero mi alma no lo permite, la melancolía se apodera de mis sentidos y por un instante pierdo la razón. Respiro e intento volver a la luz de la esperanza, al bello recuerdo de tus palabras, de tu mirada lucida, de tu combate por salir de la oscuridad. Sin duda nos une ese gran deseo de experimentar la libertad, de concluir con aquella obra de teatro que nos obliga a limitar el maravilloso ser que Dios nos asignó.
A pesar de ir por diferentes caminos, nuestro fin siempre será el mismo, me lo dice tu corazón, y todo lo que en ti es abstracto. En silencio te admiro, tu vicio por el arte, alegra mi espíritu, esa ansiedad que tienes por descubrir lo nuevo, por crear. Sin embargo, aunque por un momento llegas a tener a todo el mundo a tus pies, detecto tu infelicidad, una pequeña muerte que delata tu bello rostro masculino. La ausencia de la inocencia te congela, y te comprendo, el mar de la soledad no parece ser la mejor salida, y por tal razón te conformas con la niebla de los placeres.
En silencio te sueño, y es tan hermoso, pues vuelo junto a ti como el pensamiento, y juntos descubrimos aquello que nos ha costado tanto entender, y que por alcanzarlo han surgido tantos tormentos y malos sabores; eso que llaman amor.
En silencio, te espero en lo eterno, sin esperar ningún milagro, simplemente una señal que me indique donde hallarte nuevamente.