Por Eldisa Azuara Mora
"Después de 12 años de carrera y obtener toda la fama que soñaba, me di cuenta que estaba triste, vacío, me faltaba algo." Eduardo Verastegui.
Tenía lo que todo hombre joven ansía, éxito, mujeres y el rostro y cuerpo indudablemente atractivos.
Buscando la felicidad y un sentido a su existir, Eduardo Verastegui debutó como actor, cantante y modelo, saboreó los placeres de Hollywood a muy temprana edad. Sin embargo con el paso del tiempo, fue experimentando una terrible desilusión al notar que este camino del cual tanto esperaba, lo iba llevando a un agujero profundo y sin fondo. La tristeza y la desesperanza se estaban apoderando de su alma, perdiendo la perspectiva de lo que estaba bien y lo que era malo, todo era relativo. Fue el momento, en que Eduardo decidió hacer un giro en su vida para buscar por decisión propia la verdad, y por primera vez comprendió donde estaba la felicidad y el amor.
Este joven de deslumbrantes y cautivadores ojos, brilla más que nunca, cuando decide renunciar a los esquemas superficiales que le ofrecía este mundo confuso y dominador. Ha optado por continuar su vida, teniendo una relación profunda con Dios, para recuperar la alegría sincera, perdonarse así mismo y encontrar la libertad que toda alma necesita.
Cuando se dio a conocer su conversión, fue como un buum, para medios de comunicación, admiradoras y demás gente del mundo del espectáculo, lo que generó criticas y burlas, ya que pocos entienden el significado de salir de la oscuridad para contemplar la intensidad de la luz.
Agradecer primero el que me hayas dado la oportunidad de poder ver el amor de Dios en este tu espacio, una grandiosa pagina... En estos momentos me encuentro totalmente perdido. He estado en la iglesia creyendo querer ser un cristiano, pero en verdad que gracias a este hermoso testimonio que me ha abierto los ojos me doy cuenta que no he hecho otra cosa que engañarme haciendo pequeños actos que me hacen pensar hacer la voluntad de Dios; me encuentro perdido en este sin sentido de mi vida creyendo hacer la voluntad de Dios a medias renegando que Dios no me concede la felicidad, así como sintiendo una y otra vez esa culpabilidad por mis actos alejandome cada vez más de la voluntad de Dios; espero en Dios que esta luz que se acaba de encender en mi corazón no se apague como ha pasado en innumerables ocasiones, muchas gracias desperdiciadas... Gracias a Dios que te conocí, gracias por ser luz en mi vida.
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